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miércoles, 30 de septiembre de 2015

ELEMENTOS PARA EL ESTUDIO COMPARADO DE LA MORFOLOGÍA DEL HUMANOIDE DEL CASO RUBEN MENESES (1981) CON CRIATURAS DEL FONDO MITOLÓGICO DE LA CULTURA CRIOLLA DEL LITORAL ARGENTINO


Por Andrés Salvador

Durante siglos, varias personas han creído poseer pruebas fehacientes de que la Gente Pequeña existe. Los denominan hadas, duendes, hadas de mal agüero, rojos, la buena gente, o leprechauns, o los personifican como Puck, Robin Goodfellow o Mab, con una serie de cuentos y tradiciones urdidas en torno a la Gente Pequeña (…) Es interesante considerar que lo mismo que se dice de la Gente Pequeña puede decirse de los casos en que los ocupantes de los <<platillos volantes>> se han interferido con los hombres.

Fritz Leinberg, Los Fantasmas

Abducción del Sr. Rubén Meneses según la interpretación del dibujante Carlos Pedrozo (2002) - Archivo Francisco Villagrán

En este trabajo aportamos algunos elementos para el estudio comparado de la morfología del humanoide que habría sido observado por el Sr. Rubén Meneses en cercanías de San Luis del Palmar (Corrientes - Argentina) en diciembre de 1981, en el curso de lo que los investigadores del fenómeno OVNI llaman encuentro cercano del tercer tipo (Hynek, 1979: 37-38, en adelante: EC3), con criaturas del fondo mitológico de la cultura criolla del litoral argentino.

Hechos del Caso Rubén Meneses (1981). En la exposición de los hechos del Caso Rubén Meneses (1981) nos servimos del artículo de Francisco Villagrán publicado originalmente en el diario El Litoral de Corrientes, el lunes 28 de diciembre de 1981 en página 18[1].

1. Localización y circunstancias. Los hechos habrían ocurrido en cercanías de la ciudad de San Luis del Palmar (Corrientes – Argentina) el martes 15 de diciembre de 1981 aproximadamente a las 15:30, cuando el Sr. Rubén Meneses, entonces de 40 años de edad,  que se desempeñaba como chofer de un  camión volcador [dumper truck] de la Dirección Provincial de Vialidad, patente W 013976, se dirigía en el mismo: “desde Paso de la Patria a San Luis a buscar a un grupo de compañeros que estaban trabajando allí” (Villagrán, 1981: 18).

2. Inicio del EC3: “eran las 15,30 más o menos, cuando estaba cerca de San Luis del Palmar, veo una luz muy fuerte al costado de la ruta, pienso que es el sol, pero no puede estar tan bajo a esa hora, entonces miré atrás y vi el sol. La luz se me vino encima y cuando quise acordar la tenía sobre mí me encegueció, sentí como el camión volcador de Vialidad se movía y veía pasar a autos y camiones a mucha velocidad en la ruta. Sentí en todo el cuerpo como un hormigueo y vi la cabina y todo el camión envueltos en una luz blanca muy potente, que atravesaba todo. Después me semidesvanecí, y aunque en ningún momento perdí totalmente el conocimiento, me parecía que veía las cosas como con somnolencia” (Villagrán, 1981: 18).

3. Desarrollo del EC3: “Durante el tiempo que duró esto, me ví en un lugar todo espejado, como si fuera de acero inoxidable, yo estaba boca abajo, como suspendido en el aire, y había un ser de no más de un metro de estatura, parado en una semipenumbra, y yo sentí que me hacía preguntas y yo le contestaba, pero mentalmente (telepatía) es decir yo veía como imágenes mentales. Tenía la frente con muchas arrugas y me llamó la atención el brazo más largo de lo común” (Villagrán, 1981: 18).

4. Desenlace del EC3: “Cuando me di cuenta estaba a 6 km. de Berón de Astrada[2]. Tuve mucho miedo, manejé como pude y llegué a Berón de Astrada y fui  a la policía, de allí avisaron a Vialidad en General Paz y me vinieron a buscar en un auto de la policía de allá” (Villagrán, 1981: 18).

5. Hechos posteriores al EC3: Según el Dr. Alberto Vidal, médico que atendió primero al Sr. Meneses “este hombre tuvo una tremenda experiencia, porque cuando me avisaron para que lo vaya a ver a su casa, estaba con un ataque de nervios total, tenía mucho miedo por lo que le había pasado y lloraba como un chico. Realmente yo nunca vi un hombre en ese estado. Tiene que haber tenido una experiencia terrible que lo afectó profundamente, de otra manera, la cosa no tiene explicación. Yo lo atendí unos días y luego le aconsejé que fuera a Corrientes para que lo viera un especialista, pero al parecer no le fue muy bien. A pesar de todo, ahora por lo menos habla algo y puede ver la luz, cosa que antes no ocurría. Está tomando constantemente medicamentos, porque desde esa fecha casi ni duerme ni come (…) Lo único que le quedó como marca es una franja rojiza en los ojos, que ahora se le está disipando, y que prácticamente no lo dejó ver la luz durante varios días. Todavía hoy anda con anteojos oscuros hasta dentro de la casa, porque le molesta mucho la luz” (Villagrán, 1981: 18) el propio Meneses señaló respecto de su experiencia que “En fin, no quiero acordarme de esto, cuando quiero dormir, se me presenta todo lo que me pasó y tengo mucho miedo, no puedo dormir ni comer” (Villagrán, 1981: 18) y que habría experimentado estreñimiento (Villagrán, 1981: 18). Señalemos que según el entonces “Jefe de Vialidad Provincial en General Paz, Sr. Ramón Maldonado (…) [a] Meneses (…) lo hicieron llamar de Gendarmería de Corrientes, para declarar” (Villagrán, 1981: 18).  

Isomorfismo de la entidad del Caso Rubén Meneses (1981) con figuras míticas de la cultura criolla del litoral Argentino. Examinamos aquí los elementos comunes que la morfología del humanoide del Caso Rubén Meneses (1981) [en adelante: CRM] presente con criaturas del fondo mitológico de la cultura criolla del litoral argentino con arreglo a una de las tricotomías del signo propuestas por Charles S. Pierce (Blache,1982: 44):

1. Nivel Icónico = como se percibe sensorialmente a la figura mítica: En el CRM se describe "un ser de no más de un metro de estatura” (Villagrán, 1981: 18) lo que nos remite a la figura del Pombero del que “dicen que es pequeño” (Blache, 1982: 51), del Yasý Yateré, que se presenta como “un ser pequeño” (Blache, 1982: 64), o el Curupí “un enano moreno y fornido” (Morales, 1960: 75).

En tanto en el CRM el testigo afirma que le “llamó la atención el brazo más largo de lo común”  (Villagrán, 1981: 18) de la entidad, Girala Yampey escribe que el Pombéro “es de estatura baja, brazos largos, y piernas cortas” (Yampey, 2006: 80).

En el CRM la entidad “Tenía la frente con muchas arrugas” (Villagrán, 1981: 18) detalle este de las arrugas que encontramos en el Kurupí sobre el que Franklin Rúveda  dice:

Su cuerpo es rugoso
Y sin coyunturas
Y al árbol añoso
Su piel se parece
(Rúveda, 1971: 29)[3]

La entidad del CRM  estaba “parado en una semipenumbra” (Villagrán, 1981: 18) lo que tiene interés en tanto (1) la nota de indefinición se ha señalado en relación al Pombero (Blache, 1982: 59): “Escurridizo como es, no se deja ver (…) Lo mencionan como invisible, aunque muchos afirman haberlo visto” (Yampey, 2006: 80), “lleva un sombrero de paja grande, el que le cubre el rostro” (Lopéz Bréard, 2004: 283); (2) “la dificultad que  tienen los informantes para distinguir (…) [la] fisonomía” del Yasý Yateré (Blache, 1982: 65) cuyo: “rostro (es) irreconocible” (Lopéz Bréard, 2004: 157); y (3) del Kurupi se dice que su: “andar se siente y se oye pero es muy difícil verlo” (Yampey, 2006: 73).  

La “pobreza de datos con referencia a lo icónico” que Martha Blache observa en las narraciones sobre la figura del Pombero (Blache, 1982: 59) se advierte en el relato del CRM que examinamos.

2. Nivel indicial = como expresa su actuar: El CRM se produce a “las 15,30 más o menos” [=siesta] de un mes de diciembre [=verano] (Villagrán, 1981: 18) lo que se corresponde con actantes coadyuvantes del Yasy Yateré (Blache,1982: 65-66) que “es rubio, de tanto andar bajo los implacables rayos solares de las ardientes siestas” (Yampey, 2006: 76); escribe Blache: “la siesta y el verano, con su connotación de sol y calor. La siesta en un clima tropical representa un riesgo. Es el momento del día en que se suspende la actividad, se acallan los ruidos, la luz reverbera y enceguece, un calor sofocante y agobiante emana de la bruma. Se asocia al  Yasy Yateré con el verano, el momento radiante del sol” (Blache, 1982: 66).

El sol tiene en el CRM un papel significativo: “veo una luz muy fuerte al costado de la ruta, pienso que es el sol, pero no puede estar tan bajo a esa hora, entonces miré atrás y vi el sol” (Villagrán, 1981: 18)[4]. El testigo agrega que: “La luz se me vino encima y cuando quise acordar la tenía sobre mí me encegueció (…) vi la cabina y todo el camión envueltos en una luz blanca muy potente, que atravesaba todo” (Villagrán, 1981: 18), en tanto el Pombero sostiene un bastoncito de oro que: “refulge al sol, atrayendo y encandilando (Lopéz Bréard, 2004: 283).

Por fin, señalemos que también a la siesta actúan el Kuarajï Yara (Morales Segovia, 2005a: 9), el Kurupí (Morales Segovia, 2005a: 10), el Pombero (Morales Segovia, 2005a: 15) y el Pomberito:

ese duende misterioso,
muy glotón y petisito,
que vive en los bananales
de la siesta campesina
(Rúveda, 1971: 36)

En el CRM el testigo es abducido [Morey Ripoll (Coord.), 1997: 14-25] y el Kuaraï yara “suele llevarse a los niños recién nacidos” (González, 1966: 73-74) mientras que el Jasy Jateré “persigu(e) a los niños traviesos, a quienes rapta para lamerlos y dejarlos luego abandonados a su suerte” (Lopéz Bréard, 2013: 20) y el Curupí “suele vagar a la hora de la siesta para raptar niños” (Morales, 1960: 75); escribe Enesto Morales: “El Curupí forma, con el Yasî Yateré y el Pombero, una trinidad cuyo solo nombre lleva terror al corazón de las madres indias” (Morales, 1960: 83).

El testigo es regresado pero no sin consecuencias que el Dr. Alberto Vidal describe en estos términos: “este hombre tuvo una tremenda experiencia, (…) estaba con un ataque de nervios total, tenía mucho miedo por lo que le había pasado y lloraba como un chico. Realmente yo nunca vi un hombre en ese estado” (Villagrán, 1981: 18); también quien retorna tras haber sido llevado por el Pombero experimenta consecuencias: “se queda tonto” (Blache, 1982: 50) o “con problemas mentales que lo llevaron a la locura” (Fabro et al., 2001: 63).

En el CRM el testigo habría sido “teletransportado (…) casi 110 km” (Villagrán, 1981: 18) “en menos de 40 minutos” (F.A.V., 1995) y el Pombero: “puede trasladarse de un lugar a otro con increíble rapidez” (Yampey, 2006: 79).

El testigo del CRM dice “sentí que me hacía preguntas y yo le contestaba, pero mentalmente (telepatía) es decir yo veía como imágenes mentales” (Villagrán, 1981: 18). Tanto el Pombero (Morales Segovia, 2005b: 19-20) como el Curupí (Morales, 1960: 76-77) hablan y se comunican con los humanos.

3. Nivel simbólico = como la valoriza el informante: No se registran en el relato del CRM elementos  sobre la valoración hecha por el testigo al momento del EC3 solo se indica que al ser entrevistado afirma: “no quiero acordarme de esto, cuando quiero dormir, se me presenta todo lo que me pasó y tengo mucho miedo, no puedo dormir ni comer” (Villagrán, 1981: 18).

El CRM, la mitología OVNI y la experiencia religiosa. El CRM presenta elementos propios de la mitología OVNI[5] que aquí no examinamos pero indicamos con beneficio de inventario como la:

1. Abducción [Morey Ripoll (Coord.), 1997: 14-25]: “Durante el tiempo que duró esto, me ví en un lugar todo espejado, como si fuera de acero inoxidable, yo estaba boca abajo, como suspendido en el aire” (Villagrán, 1981: 18).

2. Teleportación [Morey Ripoll (Coord.), 1997: 359][6]: “cuando estaba cerca de San Luis del Palmar (…) sentí como el camión volcador de Vialidad se movía (…) Cuando me di cuenta estaba a 6 km. de Berón de Astrada” (Villagrán, 1981: 18).

3. Tiempo perdido [Morey Ripoll (Coord.), 1997: 362]: “Después me semidesvanecí, y aunque en ningún momento perdí totalmente el conocimiento, me parecía que veía las cosas como con somnolencia” (Villagrán, 1981: 18).

También se registran elementos de la experiencia religiosa como:

1. El vuelo mágico (Eliade, 1961: 123-136): “el camión volcador de Vialidad se movía y veía pasar a autos y camiones a mucha velocidad en la ruta” (Villagrán, 1981: 18).

2. La luz mística (Eliade, 1984: 21-97): “veo una luz muy fuerte al costado de la ruta, pienso que es el sol, pero no puede estar tan bajo a esa hora, entonces miré atrás y vi el sol. La luz se me vino encima y cuando quise acordar la tenía sobre mí me encegueció (…) y vi la cabina y todo el camión envueltos en una luz blanca muy potente” (Villagrán, 1981: 18)

El CRM y las creencias folklóricas vivas. Los elementos comunes de la morfología del humanoide del CRM con criaturas del fondo mitológico de la cultura criolla del litoral argentino pueden entenderse atendiendo al hecho, señalado por Susana Chertudi[7] (siguiendo a Linda Dégh[8]), que la leyenda de creencia (belief-legend) presente en la sociedad industrial moderna en “los relatos en torno de los objetos voladores no identificados (OVNI)” (AAVV, 1978: 173) “está entretejida con otras manifestaciones de creencias folklóricas vivas” (AAVV, 1978: 172)[9], y si ello se puede afirmar de una sociedad industrial moderna con mayor razón de una sociedad como la de Corrientes que presenta al momento del hecho rasgos propios de sociedades tradicionales (Espinola-Acosta Rivellini, 1993: 190).

Papel de los periódicos en el entretejido de la mitología OVNI con creencias folklóricas vivas. Señala Villagrán refiriéndose a la exposición que hace de los hechos del Caso Rubén Meneses (1981) que: “El que sigue es el relato casi textual de lo que él nos contó” (Villagrán, 1981: 18), expresión que visibiliza la función: 1) de intermediación del periodista “entre el fenómeno y su evaluación final” (Banchs, 1994: 39)[10], 2) de los periódicos en el entretejido de la mitología OVNI con creencias folklóricas vivas, en este punto es orientadora la observación de Blache referida al Yasí Yateré: “También funcionan como elementos coadyuvantes las publicaciones en los periódicos, que ocasionalmente, según algunos informantes, narran casos del Yasí Yateré. La comunidad asigna calidad de cierto a lo expresado por la palabra escrita” (Blache,1982: 69).

Bibliografía

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Introducción al Folklore.
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Agostinelli, Alejandro   2009:
Invasores - Historias reales de extraterrestres en la Argentina.
Buenos Aires, ed. Sudamericana, 2009.

Banchs, Roberto E.   1994:
Fenómenos aéreos inusuales.
Buenos Aires, ed. LEUKA - Librería Editorial Universitaria Kennedy Argentina, 1994.

Blache, Martha   1982:
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Buenos Aires, ed. Plus Ultra, 1982.

Eliade, Mircea 1994:
Mito y realidad.
[Colombia], ed. Labor, trad. cast. de Luis Gil, 1994.

Eliade, Mircea   1984:
Mefistófeles y el Andrógino.
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Eliade, Mircea   1961:
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Espinola, J. Cesar y Acosta Rivellini, Luis G.  1993:
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Fabro, Maria Teresa et al.   2001:
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F. A.V.   1995:
Antecedentes en Corrientes.
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González, Miguel H.   1966:
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Hynek, J. Allen   1979:
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Buenos Aires, ed. Javier Vergara, trad. cast. de  Ariel Bignami, 1979.

Lopéz Bréard, Miguel Raúl   2013:
Mitos de la Región Guaraní.
Corrientes, ed. Moglia, 2013.

Lopéz Bréard, Miguel Raúl   2004:
Diccionario Folklórico Guaranítico.
Corrientes, ed. Moglia, 2004.

Morales, Ernesto   1960:
Leyendas Guaranies.
Buenos Aires, ed. Futuro, 1960.

Morales Segovia, Marily   2005a:
Devocionario correntino y santoral chamamecero.
Corrientes, ed Moglia, 2005.

Morales Segovia, Marily   2005b:
El libro del Pombero.
Corrientes, ed Moglia, 2005.

Morey Ripoll, Matías (Coord.)   1997:
Diccionario Temático de Ufología.
Santander (España), ed. Fundación Anomalía, 1997.

Ruveda, Franklin   1971:
Regreso a Corrientes.
Buenos Aires, ed. Galea, 1971.

Villagrán, Francisco    1981:
Estremecedor caso de teletransporte.
en El Litoral, Corrientes, lunes 28  de diciembre de 1981, p.18.

Yampey, Girala 2006:
Mitos y Leyendas Guaraníes.
Resistencia (Chaco), ed. Universidad Nacional del Nordeste, 2006.

ANDRÉS SALVADOR Es Abogado y Profesor de Ciencias Jurídicas. Se interesa en el Pensamiento simbólico y en el contexto de su pérdida social y sus consecuencias; asimismo se ha dedicado al estudio de la persistencia del pensamiento mitológico y su relación con el fenómeno OVNI. Es administrador del blog OVNIS en Corrientes  http://www.ovnisencorrientes.blogspot.com.ar/ que presenta notas e información sobre el fenómeno y su manifestación en el ámbito de esa Provincia. Ha sido Coordinador del Café Ufológico de Corrientes (2012-2015), miembro de la Acadèmie d'Ufologie de Francia y de la Comisión de Estudio del Fenómeno Ovni de la República ArgentinaCEFORA, así como Director Nacional del Capítulo de la Mutual UFO Network – MUFON en Argentina. Está dedicado a la elaboración de un catálogo de los casos OVNI registrados documentalmente en la Provincia de Corrientes entre 1947 y 2001.




[1] Este artículo es el segundo de una serie de dos notas firmadas por Villagrán tituladas de forma genérica  “Corrientes en la senda de los OVNIS”, la primera de las cuales “Un sugestivo fenómeno ocurrido en Derqui” fue publicada en El Litoral, Corrientes, domingo 27 de diciembre de 1981, p. 18.

[2] Esto supone que Meneses habría sido “teletransportado por un Objeto Volador No Identificado, desde las inmediaciones de San Luis del Palmar, hasta cerca de Berón de Astrada, casi 110 km” (Villagrán, 1981: 18) “en menos de 40 minutos” (F. A.V., 1995).

[3] La capacidad del Kurupi  de tomar la apariencia “de un árbol de piel rugosa” o de corporeizarse “como un indígena (…) de piel rugosa” es indicada por Yampey, 2006: 73.

[4] Sobre la asociación del Pombero con un mito solar ver Lopéz Bréard, 2004: 283 – 284 y también Lopéz Bréard, 2013: 25.

[5] Para el testigo su experiencia se presenta como una historia verdadera (Eliade, 1994: 13): “tenía mucho miedo por lo que le había pasado” (Villagrán, 1981: 18), por ello en el estudio de la mitología OVNI es atendible la observación hecha por Mircea Eliade cuando afirma que: “Para tener éxito en su tarea, el historiador de las religiones no está obligado a pronunciarse sobre la autenticidad de tal o cual caso preciso de levitación ni a limitar su examen al estudio de las condiciones en las cuales un tal caso puede realizarse; toda creencia en el “vuelo mágico”, todo rito de ascensión, todo mito que comporta el motivo de una comunicación posible entre la Tierra y el Cielo son igualmente preciosos para el historiador de las religiones; cada uno representa un documento espiritual de gran valor, por cuanto esos mitos, esos ritos, esas creencias expresan a la vez situaciones existenciales del hombre en el Cosmos y traicionan sus deseos oscuros y sus nostalgias. En cierto sentido, todos esos hechos son reales, por cuanto cada uno de ellos representa una experiencia espiritual auténtica  donde el alma humana se ha encontrado profundamente comprometida” (Eliade, 1961: 111).

[6] En la entrada se hace referencia a la teleportación del matrimonio Vidal y su automóvil desde Chascomús (Argentina) hasta México, en lo que resultó ser un montaje publicitario detenidamente examinado por Alejandro Agostinelli, 2009: Entre la neblina, pp. 131-167.

[7] En su trabajo: La leyenda folklórica en la Argentina en AAVV, 1978: 165-173.

[8] Chertudi remite a: Dégh, Linda: The “Belief Legend” in Modern Society: Form, Function, and Relationship to Other Genres. (En: American Folk Legend. A Symposium, ed. Wayland D. Hand. University of California Press, Berkeley-Los Angeles-London, 1971, p. 55-68) (AAVV, 1978: 173).

[9] Sobre el carácter vivo de las creencias folklóricas de la cultura criolla del litoral argentino recomendamos el artículo de Buenaventura R. D. Terán, Vigencia de la narrativa guaraní-jesuitizada en el folklore del litoral fluvial: Aporte al conocimiento de la literatura oral de la región bañada por el rio Paraná, en Suplemento Antropológico - Universidad Católica (Asunción - Paraguay), Vol. XVII, nº 1, junio 1982, pp.213-230, también del mayor interés es el texto de Fabro et al., 2001.

[10] Sobre esto véase Banchs, 1994: La información periodística, pp. 23-42.