Publicado originalmente en Alternativa OVNI, Julio de 2014, Número 5, pp. 7-16
por Andrés Salvador
La Virgen de
la Merced y Joaquín Madariaga – Mural antes
existente en la Iglesia “Nuestra Señora de la Merced” - Corrientes Credito: Argentina, Señorio y Esplendor |
San Dionisio el Areopagita nos ha
dejado por escrito que, cuando la vio, la hubiera tomado por una divinidad, a
causa de sus secretos encantos y de su incomparable belleza, si la fe, en la
cual estaba bien confirmado, no le hubiese enseñado lo contrario
San Luis
María Grignion de Montfort, Tratado de la
verdadera devoción a la Santísima Virgen
En este trabajo nos proponemos examinar la resignificación
en términos religiosos de la entrevista del Gobernador Joaquín Madariaga con
una mujer vestida de blanco poco antes del combate de Laguna Brava en mayo 1843
y su interés para el estudio de fenómenos análogos en la observación de
humanoides en la Provincia de Corrientes en el periodo 1965-1986.
Fuentes. Hemos seguido básicamente en la
exposición de este hecho el artículo de Manuel V. Figuerero, Mensajera misteriosa (Tradición del combate
de Laguna Larga) (sic) publicado originalmente en El Niño
Cristiano, 30 de setiembre de 1917, pp. 365 -369, conforme lo reproduce Fray Gabriel Possenti, O.F.M., en su muy
documentado libro “Origen de la Devoción a Ntra. Sra. de las Mercedes” (1954:
116-121) quien presenta además otros artículos sobre la entrevista[1]:
1) Un texto tomado de un cuaderno manuscrito del Padre Fray Benjamín Rencoret
(1822-1888) titulado “Un párrafo del sermón de la Santísima Cruz de los
Milagros que prediqué” (Possenti, O.F.M., 1954: 124-125) que fue publicado en El Niño Cristiano, año II, 30 de julio
de 1915, p. 256 (Possenti, O.F.M., 1954: 122-123)[2], señalemos que en este texto se busca refutar
el artículo “Recuerdos Históricos de Corrientes” publicado en el periódico La Verdad, Nº 384, del sábado 1º de mayo
de 1886 (Possenti, O.F.M., 1954: 122), lo que permitiría establecer ese año
como aquel en el que el sermón fue predicado; y 2) Rodolfo Villegas, El
General Joaquín Madariaga. La sorpresa de Laguna Brava y la Viejita de Lomas
(Possenti, O.F.M., 1954: 109-114) antes publicado en Homenaje al General José Joaquín Gregorio Madariaga Gobernador de
Corrientes, ed. Imprenta del Estado, Corrientes, 1927, pp. 59-63, el cual
hemos podido confrontar.
Entre la versión de Figuerero y Villegas hay diferencias que
se explican en que “mientras el Señor Villegas recoge la tradición difundida y
algo alterada, como es natural, en detalles mínimos el Profesor Figuerero tiene
una fuente más segura y exacta de los hechos cual es el testigo ocular de los
mismos Comandante Simeón Martínez ayudante del coronel Bernardino López,
actores en los hechos referidos y en el combate de Laguna Brava” (Possenti,
O.F.M., 1954: 114).
También hemos consultado
el libro de Hernán F. Goméz, “La Ciudad de Corrientes” (1944) que presenta una
versión con algunas diferencias respecto de las reunidas por el Padre
Possenti.
Contexto Histórico y
Social. El hecho que examinamos
se produce en el marco de los conflictos políticos e institucionales
que ocurren en la Provincia de Corrientes entre 1838 y 1847, en los cuales la Provincia de Entre Ríos tiene un papel
significativo, y en el de las reacciones que se operan contra el gobernador de
Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, a partir de 1838 (Gálvez, 1961: 101-102; Lopez
Rosas, 1986: 463 - 465). En marzo de 1843 un grupo de exiliados liderados por
los hermanos Joaquín (1799-1848) y Juan (1809-1879) Madariaga retornan a
Corrientes y se hacen con el gobierno de la misma desplazando al gobernador federal
Pedro Dionisio Cabral, sostenido por fuerzas entrerrianas al mando del coronel
José Miguel Galán, quien el 6 de mayo de 1843 es derrotado por el entonces ya
Gobernador Joaquín Madariaga, en el combate de Laguna Brava, localidad situada
a 7 km al este de la Ciudad de Corrientes (Mantilla, 1923: Capítulo XI (a) Guerra contra la tiranía de Rosas (1843-1845), pp.
85-123, sobre el combate de Laguna Brava ver p. 95; Rial Seijo, 1993). Como hasta
muy recientemente, la sociedad correntina exhibía rasgos propios de sociedades
tradicionales (Espinola-Acosta Rivellini, 1993: 190), y en ella “al igual que
en toda hispanoamérica, la religión llenaba toda la vida, mantenía la
sociabilidad, actuando como fuente casi única de vida social y cultural, y,
sobre todo, como conservadora y reguladora de costumbres” (Traynor Balestra,
1986: 11).
La entrevista del
gobernador Joaquín Madariaga con la mujer vestida de blanco y el combate de Laguna Brava (1843). Para una mejor
comprensión del hecho examinado lo hemos desagregado en cuatro momentos: 1.
Antecedentes inmediatos, 2. La entrevista del gobernador Joaquín Madariaga con
la mujer vestida de blanco, 3. Hechos posteriores y 4. Resignificación de la entrevista.
1. Antecedentes
inmediatos. Figuerero, 1917: “Madariaga no se detuvo un instante más. Salió
al encuentro del enemigo. Era un día lluvioso. Abandonó los cuarteles de 9 a 10
de la mañana. La caballería, con las avanzadas y flanqueadores, tenían el papel
principalísimo en esta marcha. Iban bajo el mando inmediato del coronel
Bernardino Lopez, quien a su vez tenía por ayudante al actual comandante don
Simeón Martínez” (Possenti, O.F.M., 1954: 118)[3].
2. La entrevista del
gobernador Joaquín Madariaga con la mujer vestida de blanco
2.1. Llegada de la
mujer al campamento. Figuerero,
1917: “Al llegar a la quinta de Navarro la columna hizo alto; el comandante en
Jefe, situado en un pequeño rancho, hizo llamar al coronel López para darle
instrucciones. Haría muy pocos minutos cuando una avanzada condujo al rancho
del Jefe a una mujer vestida de blanco,
que deseaba insistentemente hablar con Madariaga; ha cabalgado la mujer en un
blanquísimo rocinante.
La desconocida tenía un aspecto
distinguido, algo entrada en años y vestía pobremente. El ayudante del Jefe y
del Coronel López la recibieron, y le indagaron el objeto de su visita. No
consiguieron de ella otra cosa que esta frase, pronunciada en el idioma de los
últimos pobladores de esta comarca:
- “Pronto, quiero hablar con don
Joaquín”. El ayudante a pesar de su insistencia no pudo arrancarle una palabra
más” (Possenti, O.F.M., 1954: 118-119)[4].
2.2. La entrevista. Figuerero, 1917: “Avisado
Madariaga ordenó se la llevara a su presencia.
- “Señor, le dijo la mujer
desconocida, he venido expresamente a buscarle para transmitirle la noticia
exacta del enemigo. Hará una hora acampó cerca de Laguna Brava, completamente
descuidado, sin guardias avanzadas distantes: los cuerpos han desensillado sus
caballos y se preparan a carnear. Si usted se apresura y los ataca por varios
puntos, especialmente del lado de los montes que dan a la derecha del camino,
lo derrotará fácilmente”.
Madariaga conocedor de aquellos
sitios, interrogó sobre varios datos a la mujer desconocida y todos fueron
contestes con su conocimiento personal de aquellos parajes; igual cosa hizo
respecto de las posiciones del enemigo y otras referencias que le interesaban.
- “El triunfo es nuestro –exclamó
cuando terminó sus preguntas-. Ve a la Capital, y búscame cuando regrese a ella
vencedor para recompensarte a nombre de la Patria el servicio que le prestas”.
La desconocida siguió su viaje en
dirección a la Capital” (Possenti, O.F.M., 1954: 119)[5].
3. Hechos posteriores.
3.1. “El Gobernador Madariaga, no tarda en resolverse por
las medidas que aconseja la desconocida” (Villegas, 1927: 60; Possenti, O.F.M.,
1954: 111) y en horas de la siesta se producirá el combate de Laguna Brava, que
aquí no examinamos, en el que la fuerzas correntinas que apenas alcanzaban a 500 hombres
sorprenden y obtienen la victoria sobre el ejército atacante formado por entre
2200 a 2500 hombres (Possenti, O.F.M., 1954: 108) que “se desbandó en completa
derrota, dejando el campo sembrado de cadáveres y prisioneros, fuera de muchos
ahogados en los arroyos” (Rencoret, 1915 cit. por Possenti, O.F.M., 1954: 123)
en tanto que no costó una sola vida al ejercito correntino (Figuerero, 1917
cit. por Possenti, O.F.M., 1954: 120) Se
veían así “cumplidos los pronósticos, que con tanto empeño formulara la viejita
de Lomas” (Villegas, 1927: 61; Possenti, O.F.M., 1954: 111).
3.2. Figuerero, 1917: “Don Joaquín Madariaga no olvidó el
importantísimo servicio prestado por la viejecita vestida de blanco. A raíz de
la victoria, la esperó en la Capital, para ofrecerle la gratificación prometida
y los plácemes en nombre de la patria.
La desconocida jamás se presentó.
Nadie la conoció, nadie volvió a verla desde aquel memorable día” (Possenti,
O.F.M., 1954: 120)[6].
4. Resignificación de la entrevista
4.1. Figuerero, 1917: “En aquella época la imaginación
popular comentó el hecho en todos los tonos de la publicidad. En los cuarteles,
en el hogar, en todas partes se reconocía como algo sobrenatural; impotente el
pueblo para darle una explicación satisfactoria le atribuyó un origen divino.
Aquella mujer misteriosa, el
aspecto sencillo y noble de la mujer, su desinterés sin ejemplo después de un
señaladísimo servicio a un jefe victorioso, su silencio absoluto cuando su
acción corría en alas de la fama, todo contribuyó para que nuestra gente sencilla
le atribuyera atributos divinos, y que en aquéllos días como en los
posteriores, y hasta el presente, se afirme que la Virgen de las Mercedes […] se presentó en persona al jefe del
ejército libertador; para ayudarlo en la nobleza de su causa y para ampararlo
con su éjida protectora, en la hora del combate, brindándole como corolario,
con la victoria…” (Possenti, O.F.M., 1954: 121).
4.2. Gomés, 1944: “La ciudad se puso de fiesta en homenaje
de los vencedores. Flores, banderas, vítores, marcaban el camino de los libres.
Las campanas a vuelo y las salvas de honor celebraban ya el comunicado de los
chasques, que arrancaron de los templos hospitalarios a la muchedumbre
acongojada.
Pero el
pueblo no vitoreaba a los hombres. Gritaba “¡Milagro!”, y la voz llegó a la
tropa para mover impulsos generosos y enrolarla en el sentir unánime de las
masas urbanas.
¡Qué habían de encontrar en las
columnas victoriosas a la joven mensajera del chal celeste! Instantes después
de la llegada del chasque con el anuncio de la jornada de Laguna Brava, la
tradición afirma que la puerta que cerraba herméticamente el nicho de María de
las Mercedes, en el templo de su nombre, que nadie había podido correr, se abría
sola ante la expectación de las promeseras y el tributo de las oraciones. Era
la mujer del aviso reintegrada a los altares; era una de las “Mercedes”
admirables rendida a su clientela por la “Patrona” de la ciudad libre, y por
ella la emoción veía en el traje blanco y en su chal azul algo que debía ser el
polvo y los desgarrones del camino…” (Gomés, 1944: 109)[7].
4.3. Señalemos que a consecuencia de un artículo firmado con
el pseudónimo de Flor de Loto, “La
batalla de Laguna Brava / Mayo 6 1843 – 1933” publicado en El Mensajero de N.S. de Itatí, Año XVIII, Itatí, Mayo de 1933, Núm.
207, pp. 155-156, en el que se afirmaba que el nombre y procedencia de la
anciana “han quedado envueltos en el anónimo” (p. 156), se publica en El Mensajero de N.S. de Itatí, Año
XVIII, Itatí, Julio de 1933, Núm. 209, p. 214 una nota sin firma titulada “La
mujer misteriosa de la Laguna Brava” en la que se reproduce una carta recibida
por el administrador de la publicación, firmada por un vecino de General Paz de nombre
Juan C. Duarte, de 90 años, quien identifica a la anciana como Tomasa Soto de
Encinas versión esta que es aceptada por el autor de la nota[8].
La resignificación
religiosa como defensa de la sociedad instituida. Escribe Cornelius Castoriadis[9]
que “cada sociedad define y elabora una imagen del mundo natural, del universo
en el que vive, intentando cada vez hacer de ella un conjunto significante, en
el cual deben ciertamente encontrar su lugar los objetos y los seres naturales
que importan para la vida de la colectividad, pero también esta misma
colectividad, y finalmente cierto <<orden del mundo>>. Esta imagen,
esta visión más o menos estructurada del conjunto de las experiencia humana
disponible, utiliza cada vez las nervaduras racionales de lo dado, pero las
dispone según, y las subordina a, significaciones que, como tales, no se
desprenden de lo racional (ni, por lo demás, de un irracional positivo), sino
de lo imaginario. Esto es evidente tanto para las creencias de las sociedades
arcaicas como para las concepciones religiosas de las sociedades históricas; e
incluso el <<racionalismo>> extremo de las sociedades modernas no
escapa del todo a esta perspectiva” (Castoriadis, 2007: 240).
Según Castoriadis, si bien “las sociedades que debemos
llamar tradicionales- puede(n) alcanzar a instaurar una temporalidad de la
aparente repetición esencial” aún bajo ellas “trabaja imperceptiblemente y
sobre muy largos periodos, su ineliminable historicidad” (Castoriadis, 1991: 52).
En este sentido la entrevista del gobernador Joaquín Madariaga con la mujer
vestida de blanco (Figuerero, 1917 cit. por Possenti, O.F.M., 1954: 119) se
articula como la irrupción del mundo
bruto (Castoriadis, 1991: 54) en el horizonte de una sociedad tradicional por
concurrir en el tres hechos: 1) La
victoria sobre sobre un ejército superior en número que no produce bajas en el
ejército correntino; 2) que este resultado se atribuya a “La desconocida (…)
que a manera de una mensajera providencial se presentó al jefe del ejército” (Figuerero,
1917 cit. por Possenti, O.F.M., 1954: 120-121); y 3) que la mujer no fue
identificada sea porque “jamás se
presentó” (Figuerero, 1917 cit. por Possenti, O.F.M., 1954: 120) o por no
habérsela “podido encontrar” (Villegas, 1927: 61; Possenti, O.F.M., 1954: 112).
Se compone entonces sobre la entrevista un cuadro que se
presenta al “pueblo” como un “caso extraño” (Villegas, 1927: 61; Possenti,
O.F.M., 1954: 112). Ahora bien, afirma Castoriadis que contra los “factores que
amenazan su estabilidad y su autopercepción, la institución de la sociedad
siempre dispone de unas defensas y exhibiciones preestablecidas y
preincorporadas. La principal entre éstas: la católica y virtual omnipotencia
de su magma de significaciones. A las irrupciones del mundo bruto les serán
atribuidos signos, de alguna manera
serán interpretados y exorcizados” (Castoriadis, 1991: 54), de aquí que la
entrevista sea resignificada por la
sociedad instituyente como un “milagro
de la Virgen” (Villegas, 1927: 61; Possenti,
O.F.M., 1954: 112)[10]
identificándose a “la viejecita vestida
de blanco” con la “Virgen de las Mercedes”
(Figuerero, 1917 cit. por Possenti, O.F.M., 1954: 120 y 121] )[11].
“Todo lo que se presenta a nosotros, en el mundo
histórico-social está indisolublemente tejido a lo simbólico” (Castoriadis,
2007: 186)[12],
de allí que como señala Mario Justo López “Todos los actos, los hechos, las situaciones, en que consiste
materialmente la realidad política son transpuestos a un registro,
compuesto de símbolos, que les da una tonalidad particular en virtud
de la cual aquéllos adquieren un sentido que no tienen intrínsecamente” (Justo Lopez, 1973: 28), transposición que se
advierte en se atribuye a la
“aparición misteriosa (…)
atributos divinos” (Figuerero, 1917 cit. por Possenti, O.F.M., 1954:
121).
Incluso
el hecho que en la mayoría de las versiones se
describe a la mujer como “una (…) anciana, de aspecto bastante pobre, de ropa
muy ajada” (Villegas, 1927: 60; Possenti, O.F.M., 1954: 110) “algo entrada en años y [que] vestía
pobremente” (Figuerero, 1917 cit. por Possenti, O.F.M., 1954: 119) y a la par se
destaque que era una “señora respetable” (Rencoret, 1915 cit. por Possenti,
O.F.M., 1954: 122), de “aspecto sencillo y noble” (Figuerero, 1917 cit. por Possenti,
O.F.M., 1954: 121) “distinguido” (Figuerero, 1917 cit. por Possenti, O.F.M.,
1954: 119), “joven” (Gomés, 1944: 109), como
“su desinterés sin ejemplo” (Figuerero, 1917 cit. por Possenti, O.F.M., 1954:
121), encuentra una explicación en que “La polivalencia del símbolo hace posible la coexistencia de los
sentidos y, al mismo tiempo, conserva <<lo diverso>>, <<lo
heterogéneo>>” (Eliade, 1993: 30).
Es particularmente
significativo que se describa que la mujer “vestida
de blanco (…) ha cabalgado (…) en un blanquísimo rocinante” (Figuerero,
1917 cit. por Possenti, O.F.M., 1954: 119), en efecto, el blanco es símbolo de
pureza (Pastoureau, 2006: 163)[13],
de uso litúrgico en el culto católico (Azcarate O.S.B., 1945: 107 y 108)[14],
y en el hábito y capa de la Orden Mercedaria (Possenti, O.F.M., 1954: 16), de
hecho las “imágenes de la Virgen de la Merced ostentan las mismas
características que el hábito de los Religiosos (…) Mercedarios” (Possenti,
O.F.M., 1954: 16)[15],
por su parte la figura del caballo blanco en un contexto bélico está asociada a
la aparición de dioses y santos[16].
También presenta interés el marco bélico en que se produce
el hecho, ya que como explica Joaquín Benito de Lucas, en la devoción marial de
España (de la cual la de Corrientes es tributaria), no es extraña la
intervención de la madre de Dios en hechos de armas, y muchas advocaciones recuerdan algún favor
especial a las armas cristianas durante la Reconquista (Berceo, 1980: X-XII).
Ver en “aquella misteriosa mujer protagonista de la hazaña”
(Possenti, O.F.M., 1954: 107) a “la Virgen
de Mercedes (…) transfigurada en una
vecina” (Villegas, 1927: 61; Possenti, O.F.M., 1954: 112) implica la
inteligencia del hecho en términos de una
hierofanía (Eliade, 2000:
25-38) que solventa por ejemplo la tradición que identifica a la mujer con la
imagen conservada en el templo en cuyo “traje
blanco y (…) chal azul” “la emoción veía
(…) algo que debía ser el polvo y los desgarrones del camino” (Gomés, 1944:
109).
Sostiene Castoriadis que
“La sociedad crea su mundo, le concede sentido y hace provisión de
significación destinada a cubrir de antemano todo cuanto pueda presentarse. El
magma de significaciones imaginarias socialmente instituidas que reabsorbe
potencialmente todo cuanto pueda
suceder, no puede, en principio, ser sorprendido o tomado desprevenido” (Castoriadis,
1991:52-53) y cómo surge claramente en
este caso “En esto, evidentemente, el rol de la religión – y su función
esencial para la clausura del sentido
– ha sido siempre central” (Castoriadis, 1991: 53)[17].
La resignificación de
la entrevista de Madariaga con la mujer vestida de blanco (1843) y el estudio
de fenómenos análogos en la observación de humanoides en la Provincia de
Corrientes en el periodo 1965-1986. Al examinar lo imaginario en el mundo moderno,
apunta Castoriadis que este “se presenta, superficialmente, como el que empujó,
el que tiende a empujar, la racionalización hasta su límite y que, por este
hecho, se permite despreciar -o mirar con respetuosa curiosidad- las extrañas
costumbres, los inventos y las representaciones imaginarias de las sociedades
precedentes. Pero, paradójicamente, a pesar, o mejor, gracias a esta
<<racionalización>> extrema, la vida en el mundo moderno responde
tanto a lo imaginario como cualquiera de las culturas arcaicas o históricas”
(Castoriadis, 2007: 251).
En relación a esto tengamos presente que la llegada del ser
humano al espacio a mediados del siglo XX[18]
ha puesto en cuestión su estructura mitológica; como explica Joseph Campbell[19] cuando “El hombre caminó sobre la luna (…)
nosotros pudimos mirar con ellos, y ver el amanecer de la Tierra. Ese es el
símbolo que nos permitió sentir la verdad del descubrimiento que hizo Copérnico
cuatro siglos atrás. Hasta entonces pudimos estar de acuerdo teóricamente con
Copérnico, pero no disponíamos de su mapa del universo, salvo que fuéramos
matemáticos o astrónomos. Era una idea invisible y podíamos seguir pensando,
como lo hicimos, dentro de un sistema religioso en el que todo estaba dividido
a lo largo de las mismas líneas que dividían los Cielos de la Tierra (…) Con la
caminata lunar, el mito religioso que sostenía estas ideas ya no pudo
mantenerse más tiempo” (Campbell, 2002: 158-159). La puesta en entredicho de
creencias como la que “las estrellas son (…) domicilio” de los dioses
(Campbell, 2002: 159) enfrenta resistencias que llevan a la gente a volver “a lo que le parece un
terreno más familiar” (Campbell, 2002: 162)[20]
y posiblemente la creencia en los objetos voladores no identificados no sea
sino un “claro reflejo de una anticuada comprensión del universo, según la cual
seremos liberados por algún descendimiento benigno, por fuerzas de otros
planetas” (Campbell, 2002: 162) “Es la idea de que seremos visitados por formas
amistosas, que vendrán en nuestra ayuda y nos salvarán” (Campbell, 2002: 163).
En este contexto y en orden al estudio de la observación de
humanoides en la Provincia de Corrientes en el periodo 1965-1986, el caso de la
entrevista de Madariaga con la mujer vestida de blanco, presenta el mayor
interés por cuanto permite estudiar como un hecho social es resignificado por la sociedad instituyente.
Es posible que en los casos de observación de humanoides que
hemos tenido oportunidad de examinar[21],
ya sea aquellos en que se advierten similitudes
en la morfología de las entidades con seres mitológicos de la cultura criolla
del litoral argentino, como en los casos
Torrent (1965), Santa Ana (1986), y Gobernador Virasoro (1983), o aquel en que
la estructura del relato presenta elementos propios del <<camino de
aventura>> mitológica del <<héroe>>, como en el caso
Ituzaingó (1985), estemos frente a un proceso similar al ocurrido en relación a
la aparición de la mujer vestida de blanco a Madariaga: Un hecho percibido por
la institución de la sociedad como un factor que amenaza a su estabilidad y
autopercepción, y que en una sociedad tradicional era significado en términos
mitológicos o religiosos, en una sociedad moderna lo es en términos acordes al
discurso científico y tecnológico.
A modo de conclusión.
La resignificación de una figura mitológica bajo la forma de un humanoide puede
estar expresando la necesidad de “avanzar
hacia un nuevo sistema de símbolos, porque los viejos ya no funcionan”
(Campbell, 2002: 161)[22].
Se sigue de lo anterior, que estos casos de observación ocurridos en Corrientes
entre 1965 y 1986, tal vez no sean sino
las primeras líneas de “la fantástica mitología que espera que alguien escriba
poemas sobre ella” (Campbell, 2004: 21):
Canta, oh diosa… (Homero,
1995: 1.1)
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pp. 11-12.
Villegas, Rodolfo
1927:
El General Joaquín
Madariaga. La sorpresa de Laguna Brava y la Viejita de Lomas.
en Homenaje al General
José Joaquín Gregorio Madariaga Gobernador de Corrientes.
Corrientes, ed. Imprenta del Estado, 1927, pp. 59-63.
ANDRÉS
SALVADOR
Es Abogado y Profesor de Ciencias Jurídicas. Se interesa en el Pensamiento
simbólico y en el contexto de su pérdida social y sus consecuencias; asimismo
se ha dedicado al estudio de la persistencia del pensamiento mitológico y su
relación con el fenómeno OVNI. Es administrador del blog OVNIS en Corrientes
http://www.ovnisencorrientes.blogspot.com.ar/ que presenta notas e
información sobre el fenómeno y su manifestación en el ámbito de esa Provincia.
Es responsable del Café Ufológico de
Corrientes, miembro de la Acadèmie
d'Ufologie de Francia y de la Comisión
de Estudio del Fenómeno Ovni de la República Argentina – CEFORA, así como Director Nacional del
Capítulo de la Mutual UFO Network – MUFON
en Argentina. Está dedicado a la elaboración de un catálogo de los casos
registrados documentalmente en la Provincia de Corrientes entre 1947 y 2001.
[1]
Estos son citados oportunamente en nota en nota al pie.
[2] El
texto del cuaderno manuscrito del Padre Rencoret estaba incompleto (Possenti,
O.F.M., 1954: 124) por lo que seguimos aquí la versión publicada en El Niño Cristiano (1915) ya que en opinión del Padre Possenti “quien saco la
copia para publicarla” en esa revista “la encontró completa en la forma
publicada” (Possenti, O.F.M., 1954: 126).
[3] Rencoret, 1915: “El 26 (sic) de mayo
de 1843, por la mañana, el ejército invasor del general Ramírez, fuerte de
3.000 hombres, se acercaba a esta capital. El coronel D. Joaquín Madariaga tomó
a su cargo la defensa y observaba sus movimientos, en la quinta de P. Contte” (Possenti,
O.F.M., 1954: 122); Villegas, 1927: “las autoridades de Lomas avisan que el 6 de mayo de 1843 , había
acampado en la orilla de la Laguna Brava (a tres leguas de la Capital), una
fuerte división enemiga de caballería veterana, compuesta de 2300 hombres
mandados por los coroneles José Miguel Galán y Bartolomé Ramírez (…) Madariaga
toma nota de la grave noticia que le llega y piensa en las medidas a tomarse:
si convendría atacar al enemigo donde se encuentra acampado o habría mayor
ventaja, esperarlo en la Capital, convenientemente atrincherado. En resolver
este problema, el Gobernador se encontraba completamente abstraído en si mismo”
(Villegas, 1927: 59 - 60; Possenti, O.F.M., 1954: 110); Goméz, 1944: “El
General Madariaga ocupa la capital. Sus fuerzas eran perseguidas por las
federales a las órdenes de los Coroneles Galán y Bartolo Ramírez que se situan,
apenas cruzado el Riachuelo, en Laguna Brava” (Gomés, 1944: 109).
[4] Rencoret, 1915: “Una señora
respetable llegó al campamento y preguntó cual es el Señor Madariaga.” (Possenti,
O.F.M., 1954: 122); Villegas, 1927: Madariaga ”se encontraba completamente
abstraído en si mismo” (Villegas, 1927: 60; Possenti, O.F.M., 1954: 110) tratando
de resolver el problema relativo adonde era conveniente atacar al enemigo
“cuando se produce el caso extraño y original que vamos a relatar:
En el momento de mayor ansiedad de la noticia que un ejército
enemigo se hallaba “ad-portas” de la capital, cuando se presenta en la Casa de
Gobierno, una mujer anciana, de aspecto bastante pobre, de ropa muy ajada,
diciendo que deseaba hablar con el señor Gobernador” (Villegas, 1927: 60;
Possenti, O.F.M., 1954: 110); Gomés, 1944: “El dia 6 de mayo Madariaga es avisado
por una mujer misteriosa tocada de chal celeste” (Gomés, 1944: 109).
[5] Rencoret, 1915: “- Yo, señora –le
respondió-, ¿qué se le ofrece a usted?
- Señor,
allí en la Laguna Brava está la fuerza enemiga toda en pie. Unos lavan sus
ropas o la secan, otros carnean o comen y los cabellos los tienen a soga.
Señor, es ocasión de que usted lleve el ataque sin demora”. (Possenti, O.F.M.,
1954: 122); Villegas, 1927: Madariaga “la hace pasar a su despacho y previos
los saludos del caso, dice la desconocida:
- He venido, señor Gobernador, a manifestarle, que una fuerte
división de caballería enemiga, ha acampado a orillas de Laguna Brava, y están
churrasqueando, y les he oído decir que concluido el almuerzo, pasarían a
asaltar esta ciudad
Madariaga le contestó:
- Señora, todo lo que me refiere ya he tenido oportuno aviso.
- Sí, señor Gobernador, pero de lo que hoy se trata con
urgencia, es de que S.E. salga con sus tropas, sin pérdida de tiempo, y los
sorprenda allí mismo, concluyendo con la amenaza que se cierne sobre esta
ciudad.
- Y usted. Señora, ¿de dónde viene y dónde vive? –Interrogó
el Gobernador.
- Soy una vecina del Departamento de Lomas –replica la
desconocida, y vuelve a insistir en su tema favorito de que el Gobernador se
marchara con premura a sorprender al enemigo.
- Señora, vaya tranquila, el gobierno va a tomar las medidas
convenientes a la situación.
Se despide la desconocida, encareciendo siempre de un modo
pertinaz las medidas que aconseja” (Villegas, 1927: 60; Possenti, O.F.M., 1954:
110-111); Gomés, 1944: La mujer misteriosa avisa a Madariaga “que las fuerzas
de la dictadura estaban sin vigilancia y carneando” (Gomés, 1944: 109).
[6] Villegas, 1927: “Madariaga vuelve
triunfante a la capital, que lo recibe alborozada entre víctores y aplausos.
Regocijado relata a sus íntimos y amigos, los pormenores de la sorpresa, sin olvidar la célebre conferencia, llevada
a cabo con la viejita desconocida, y el brillante resultado que se había
obtenido de la ejecución de tales consejos” (Villegas, 1927: 61; Possenti,
O.F.M., 1954: 111); Cuenta Villegas: “Terminadas las operaciones, el gobernador
manda a dos oficiales de su confianza, a que la busquen empeñosamente, en el
Departamento de Lomas, y la traigan para congratularla y obsequiarla a nombre
de la Provincia, por su feliz
intervención en los sucesos. Los oficiales van y vuelven a los tres días
desalentados y confusos, por no haber podido encontrar a la viejita que
buscaban, ni viva ni muerta, nadie la
conocía, nadie sabía nada de ella, nadie había oído hablar de su entrevista con
el gobernador; un misterio impenetrable fue la contestación a la empeñosa
requisitoria” (Villegas, 1927: 61; Possenti, O.F.M., 1954: 112); Gomés,
1944: “Solo los “cívicos” retornan a al (sic) ciudad en marcha jubilosa. El
General hace llamar a la joven mujer del aviso para rendirle la gratitud de los
laureles, pero inútilmente se la busca; todos la vieron en el momento de las
cargas y nadie la encontró después del triunfo” (Gomés, 1944: 109).
[7] Villegas, 1927: Al no localizar a la
protagonista de la entrevista “Todo
este fracaso, se divulgó en la ciudad con la celeridad del rayo; y nuestro
pueblo, esa masa inocente y sencilla, que nada sabe de la controversia del
racionalismo en pugna con el misticismo, que vive firme y leal en la fe de sus
mayores, obedeciendo al impulso incontenible de sus creencias religiosas. Proclamó a una voz, que el caso extraño
era milagro de la Virgen. Que la tal viejita de Lomas, no era otra, sino la Virgen de Mercedes, que transfigurada en una vecina, había venido a
dar consejos al gobernador para la salvación
de nuestra capital” (Villegas, 1927: 61; Possenti, O.F.M., 1954: 112).
[8]
Sería de mucho interés examinar las bases políticas tanto de la atribución en
el hecho examinado a una intervención sobrenatural como en la aceptación, en
principio sin mayores recaudos, de la identidad
de la protagonista por parte del autor del artículo presumiblemente el Padre
E. Bajac.
[9] En esta exposición seguimos el instructivo artículo
de Castoriadis Poder, política, autonomía
(1991) así como su obra capital La
institución imaginaria de la sociedad (2007).
[10]
Señalemos no obstante que la intervención también habría sido atribuida a la
Cruz de los Milagros de Corrientes como a otras advocaciones marianas, así el
artículo publicado por La Verdad en
1886, que da lugar a la refutación de
Fray Benjamín Rencoret, señala que: ”Este acontecimiento nos hizo creer a todos
que era un prodigio de la Providencia en favor de Corrientes, mediante la
invocación a la Santísima Cruz”
(Possenti, O.F.M., 1954: 125); y en la nota sin firma publicada en Mensajero,
1933 se lee: “el enigma dio marjen a la leyenda, en que figuraban apariciones
de la Virjen de la Merced, de la de los Dolores i hasta de la de Itatí”.
[11]
Se “atribuye al hecho un carácter sobrenatural, por lo evidentemente
extraordinario y sorprendente. Considerando atinada la opinión que sostiene
haber sido la Santísima Virgen de la Merced, aquella misteriosa mujer
protagonista de la hazaña, en su carácter de Patrona Jurada por este pueblo, quien
defendía en esa forma a esta Ciudad de Corrientes” (Possenti, O.F.M., 1954:
107).
[12]
Cf. Castoriadis, 2007: La institución y
lo simbólico, pp. 186-203; Lo simbólico
y lo imaginario, pp. 203-211.
[13]
Sobre el simbolismo del blanco véase
la entrada correspondiente en Chevalier – Gheerbrant, 1999: 189-193.
[14]
“Empléase en todos los misterios gozosos y gloriosos del Señor: Navidad,
Epifanía, Jueves Santo, Pascua, Ascensión, Trinidad, Corpus, Sagrado Corazón,
Cristo Rey y Transfiguración. También en las fiestas de la Sma. Virgen,
Dedicación de las Iglesias, San Juan Bautista, fiesta de todos los Santos y
Santas no Apóstoles ni mártires, administración de Bautismo, Confirmación,
Comunión y Matrimonio, y entierro de los párvulos” (Azcarate O.S.B., 1945:
108).
[15] Según
Michel Pastoureu: “Algunas estatuas de la Virgen, por ejemplo, se han repintado
constantemente desde la época románica a la época contemporánea. A las vírgenes
negras u oscuras del año mil han sucedido vírgenes rojas (siglo XII), azules
(siglos XIII a XV), doradas (época barroca) y finalmente blancas (en el siglo
XIX, luego de la adopción del dogma de la Inmaculada Concepción en 1854)”
(Pastoureau, 2006: 157).
[16]
Escribe San Juan al presentar la batalla de Harmagedón: “Vi el cielo abierto, y
he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba es llamado Fiel, Verídico, y con
justicia juzga y hace la guerra (…) Le siguen los ejércitos celestes sobre
caballos blancos, vestidos de lino blanco, puro” Apocalipsis 19, 11 y 14 (Nácar
Fuster - Colunga, O.P., 1968: 1482-1483). Véase también la información que
Américo Castro brinda en relación a la aparición de los gemelos Cástor y Pólux
en ocasión de la victoria del dictador Postumio junto al lago Regilo (449 a. de
C.) o de Santiago y San Millán en la batalla de Simancas (939) en Castro, 1948:
113 ver asimismo las pp. 112-115 y 134, sobre la aparición de Santiago en
América ver Castro, 1948: 165 nota 3.
[17]
La religión es “la institución más importante en todas las sociedades
históricas (Castoriadis, 2007: 188).
[18]
“La humanidad (…) ahora parece tener hambre de Luna y de planetas”
(Castoriadis, 2007: 218).
[19] Sobre
esto véase la entrevista a Joseph Campbell realizada por Eugene Kennedy
titulada Una conversación, en
Campbell, 2002:153-170.
[20] “La
era espacial exige que cambiemos nuestras ideas sobre nosotros mismos, pero
queremos seguir teniéndolas. Es por eso que hay una resurgencia de ortodoxia
anticuada en tantas áreas de nuestra época. No hay horizontes en el espacio, y
no puede haber horizontes en nuestra propia experiencia. No podemos aferrarnos
a nosotros mismos y a nuestros grupos de pertenencia como lo hicimos antes. La
era espacial hace imposible eso, pero la gente rechaza esta demando no quiere
pensar en ella. Y se retrae a la única Iglesia verdadera, o al poder negro, o a
los sindicatos, o a la clase capitalista” (Campbell, 2002: 157-158).
[21] Cf. nuestros trabajos: Posible asimilación de los Humanoides del
Caso Torrent (1965) a modelos míticos persistentes en el imaginario social de
Corrientes, en Alternativa OVNI,
Marzo 2013, Número 1, pp. 13-17; Isomorfismo
de los Humanoides del Caso Santa Ana (1986) con seres mitológicos de la cultura
criolla del Litoral Argentino, en Alternativa
OVNI, Julio 2013, Número 2, pp.6-9; Posible
enmascaramiento de una figura mítica de la cultura criolla del litoral
argentino por humanoides en el Caso Gobernador Virasoro (1983), en Alternativa OVNI, Noviembre 2013, Número
3, pp.11-15, y Elementos típicos del
<<camino de aventura>> del <<héroe>> presentes en el
relato del encuentro cercano del tercer tipo del caso Ituzaingó (1985), en Alternativa OVNI, Abril de 2014, Número
4, pp. 19-24.
[22]
“Todo simbolismo se edifica sobre las ruinas de los edificios simbólicos
precedentes, y utiliza sus materiales” (Castoriadis, 2007: 194).