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jueves, 22 de octubre de 2015

ARQUEÓLOGOS ESPACIALES BUSCAN CIVILIZACIONES EXTRATERRESTRES MUERTAS

Texto original: Mark Strauss, Space Archaeologists Search For Dead Alien Civilizations, news.nationalgeographic.com, October 20, 2015 - Trad. cast. de Andrés Salvador
Arqueólogos espaciales buscan civilizaciones extraterrestres muertas

Podría existir vida extraterrestre, pero no hay garantía de que no se haya destruido a sí misma. Aquí está como detectar un apocalipsis en otro mundo.

Técnicas que están siendo desarrollando para detectar vida en exoplanetas también se podrían utilizar para buscar señales de civilizaciones extraterrestres que han destruido a sí mismas. ILUSTRACIÓN PORNASA AMES/JPL-CALTECH/T. PYLE - Crédito: news.nationalgeographic.com

Por Mark Strauss, National Geographic

La arqueología se ha vuelto interestelar.

El comportamiento peculiar de KIC 8462852—una estrella a 1,500 años luz de la Tierra que es propensa a un irregular oscurecimiento— ha llevado a la especulación generalizada en el Internet que es anfitrióna de una "megaestructura extraterrestre," tal vez una amplio conjunto de paneles solares en órbita.

Los científicos han señalado varios fenómenos naturales, no extraterrestres que podrían estar causando el espectáculo de luz estelar, pero el grupo SETI no está tomando ningún riesgo. Los astrónomos han comenzado a utilizar un radio telescopio, el Allen Telescope Array, para detectar posibles señales en las vecindades de KIC 8462852.

Pero, los astrónomos podrían estar espiando en una tumba.

Durante años, los investigadores de SETI han argumentado que podemos reducir nuestra búsqueda de inteligencia extraterrestre mediante la búsqueda de signos reveladores de estructuras grandes, sofisticadas construidas por civilizaciones avanzadas. A esto lo llaman "arqueología cósmica."

Sin embargo, incluso si fuéramos a encontrar estos artefactos, no hay garantía de que las civilizaciones que los crearon todavía estén alrededor. Flotando en el espacio, abandonados por milenios, estos objetos podrían ser el equivalente interestelar de las estatuas de la Isla de Pascua o las Pirámides de Egipto.

De hecho, podríamos enfrentar el mórbida escenario que la vida inteligente emerge periódicamente en otros mundos, pero tiene una desafortunada tendencia a la autodestrucción.

Lamentablemente, no es improbable, dada la devastación que hemos labrado durante nuestro relativamente breve lapso como la especie dominante en este planeta.

Es por eso que un trío de científicos publicó recientemente una guía para ayudar a los astrónomos a detectar apocalipsis extraterrestres—ya sea la firma química de un mundo lleno de cadáveres en descomposición, las secuelas radiactivas de una guerra nuclear, o los escombros sobrantes de un escenario Estrella de la Muerte donde un planeta entero es volado en pedazos.

Llámelo SEETI, la Search for Extinct Extraterrestrial Intelligence [=Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre extinta].

Los astrónomos han comenzado a utilizar el Allen Telescope Array para buscar señales en las vecindades de un sistema estelar que algunos creen que es anfitrión de una "megaestructura extraterrestre." FOTOGRAFÍA POR RAMIN RAHIMIAN, THE NEW YORK TIMES/REDUX - Crédito: news.nationalgeographic.com

Post mortem  planetario
Irónicamente, la idea de la búsqueda de civilizaciones en ruinas comenzó en un taller académico sobre "Construyendo Mundos Habitables."

"Uno de los conceptos que se nos ocurrió fue la detección de la presencia de la vida mediante la detección de su propia destrucción," dice Jack O'Malley-James, un astrobiólogo de la Cornell University y uno de los autores del paper. "Además de que nos dice que hay vida ahí fuera, ello también nos da una idea de qué tan común o raro somos como una civilización—y cuánto tiempo podríamos esperar sea la vida de nuestra civilización."

El estudio SEETI se basa en técnicas que se están desarrollando para la próxima generación de telescopios para detectar biofirmas extraterrestres que indicarían la posible existencia de vida extraterrestre.

Por ejemplo, cuando se mira en un exoplaneta, el oxígeno en su atmósfera que se repone continuamente puede sugerir la presencia de organismos fotosintéticos.

La investigación SEETI, sin embargo, no está en busca de biofirmas-signos de vida. En lugar de ello, los científicos tienen que cazar necrofirmas—signos de muerte—que indicarían la destrucción en una escala colosal.

Consideremos un escenario en el que la guerra biológica rápidamente aniquiló la población de un planeta. Los microorganismos que causan la descomposición se hartan de cadáveres extraterrestres. Al hacerlo, tendrían que excretar compuestos químicos, incrementando dramáticamente los niveles de metano y etano en la atmósfera.

Si el tamaño de la población del mundo alienígena fue comparable a la de la Tierra, los gases de metano y etano se disiparían en un año, por lo que sería sólo una corta ventana de oportunidad para detectar el cataclismo.

Sin embargo, si el arsenal biológico incluía un virus genéticamente modificado capaz de saltar especies, entonces las bajas del planeta también pueden incluir su vida animal. En ese caso, los signos reveladores de guerra biológica catastrófica podría ser visible por muchos años.

Un resplandor no saludable
Hemos por poco evitado la guerra nuclear más veces de lo que queremos pensar. Otros mundos podrían no haber sido tan afortunados.

Una pista de que una civilización se destruyó con armas nucleares [=nuked] [echándose] a sí en el olvido sería un cambio en la luminosidad atmosférica del planeta. Usted probablemente ha visto este fenómeno en los cielos nocturnos oscuros. Electrones y protones de alta velocidad, llevadas por el viento solar, de bruces con átomos de oxígeno en la atmósfera, haciendo que se produzca una luz verde tenue. Las partículas emitidas por las armas nucleares tendrían un efecto similar, generando "un incremento del orden de magnitud en el brillo de la luminosidad atmosférica," dice el estudio SEETI.

Si un planeta se destruyó a si mismo mediante la guerra nuclear, seríamos capaces de detectar cambios químicos en su atmósfera. FOTOGRAFÍA POR BY AP - Crédito: news.nationalgeographic.com

La química de la atmósfera también se vería alterada por los efectos térmicos de una guerra nuclear global. Cuando un arma nuclear explota, el aire circundante alcanza extremadamente altas temperaturas y luego se enfría con relativa rapidez. Esto resulta en una reacción química que produce toneladas de óxido nítrico, que agota la concentración de la capa de ozono en la atmósfera.

Estos cambios atmosféricos serían observables durante varios años después de la catástrofe, pero su visibilidad sería perjudicada por otra consecuencia de la guerra nuclear: la gran cantidad de polvo que se expulsará [=lofted] a la atmósfera.

Aunque es poco probable, es posible que los astrónomos pudieron ver el "antes y después" de la evidencia de una guerra nuclear, si se observan la atmósfera transparente de un planeta que más tarde se convierte en opaca.

Por supuesto, el polvo atmosférico también podría también ser explicada por causas naturales. En lugar de armas nucleares, un gran asteroide podría haber colisionado con el planeta—aunque, es cierto, esa distinción importaría poco a cualquier que viva allí en el momento.

Vamos a despegar
Algunos de los escenarios del Día del Juicio Final [=doomsday] contempladas por  O'Malley-James y sus coautores entran en la categoría de tecnologías especulativas. Por ejemplo, levantan el espectro del infame apocalipsis de la "plaga gris" [=grey goo].

La teoría, postulada por primera vez en los 1980s, considera la posibilidad de nanobots autorreplicantes que utilizan material a base de carbono para construir más de sí mismos. Si se programa con malicia, ellos podrían ser un arma devastadora, convirtiendo toda la vida en polvo.

El paper SEETI sugiere que este desastre podría ser detectable por miles de años, como parte del polvo que entra en la atmósfera o cubre el planeta con dunas de formas inusuales.

Entre las ideas más dramáticos, sin embargo, es la completa, destrucción física de un mundo, lo que podría lograrse por  la generación de suficiente  energía para desbordar de energía los enlaces gravitacionales—en otras palabras, soplarlo en pedazos.

Pero, qué suerte de evidencias existiria para este acto atroz? Una posibilidad remota es la detección de compuestos artificiales en el disco de escombros, indicando que el planeta fue el hogar de una civilización tecnológicamente avanzada.

Aparte de eso, la única opción sería la de ser testigo de la destrucción actual. Si los astrónomos no pueden determinar una causa natural, como una colisión con otro cuerpo de tamaño planetario, entonces podrían tentativamente considerar un "juego sucio extraterrestre." [=extraterrestrial foul play]

"Con el tiempo, la primera evidencia de inteligencia extraterrestre puede venir a nosotros de los restos de civilizaciones menos prudentes,"concluye el paper SEETI. "De este modo, dicha información nos llevará no sólo el conocimiento, sino la sabiduría."

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Esta historia previamente corrió bajo el título, “A Guide to Detecting an Alien Apocalypse.”

Nota Traducción castellana de Andrés Salvador (Sujeta a revisión). Las notas entre corchetes son del traductor.

Fuente Mark Strauss, Space Archaeologists Search For Dead Alien Civilizations, news.nationalgeographic.com, October 20, 2015 - Trad. cast. de Andrés Salvador