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miércoles, 5 de agosto de 2015

SOLO NOSOTROS EN EL UNIVERSO?

Articulo de José Gabriel Funes, sacerdote argentino, miembro de la Compañia de Jesús y director desde el 2006 del Observatorio Vaticano publicado por L'Osservatore Romano el 25/07/2015 en el que se aborda la pregunta sobre la vida extraterrestre. Texto original en italiano.
Texto original: José Gabriel Funes, Solo noi nell'universo?, osservatoreromano.va, 25 luglio 2015  - Trad. cast. de Andrés Salvador
Solo nosotros en el universo?
Tras el descubrimiento del nuevo planeta

Kepler 452b es el primer planeta descubierto de dimensión similar a nuestra tierra: está situado en la zona de habitabilidad - la región del espacio en torno a una estrella donde el agua líquida puede existir sobre la superficie del planeta - de una estrella similar a nuestro sol. El descubrimiento del nuevo planeta Kepler 452b revive la idea de que el contacto y, por qué no, el encuentro con seres extraterrestres inteligentes de una civilización extraterrestre podría ocurrir en un futuro próximo. Personalmente soy muy escéptico sobre la posibilidad de que este evento cósmico ocurra realmente.

El planeta Kepler 452b
Crédito: osservatoreromano.va
La pregunta de si estamos solos en el universo continua fascinando a la opinión pública y a los científicos. Incluso el Papa Francisco, hablando del Espíritu Santo que empuja siempre la Iglesia más allá de los límites, se planteaba [=si poneva] este interrogante en la homilía de la misa en Santa Marta el 12 de mayo de 2014: «Si mañana viniese una expedición de marcianos, por ejemplo, y algunos de ellos vinieran a nosotros, eso es... marcianos, no? Verdes, con esa nariz larga y las orejas grandes, como son  pintados por los niños (...). Y uno dijese: "Pero, yo quiero el bautismo." Qué pasaría?».

La pregunta sobre la vida extraterrestre es una constante en la historia del pensamiento filosófico y religioso. En el siglo XIII Alberto Magno comentaba: «Del momento que una de las cuestiones mas maravillosas y nobles en la naturaleza es si hay un mundo o muchos (...). Parece oportuno indagar». Entre los filósofos griegos el debatir la pluralidad de los mundos fue más intensa entre los epicúreos (a favor de la pluralidad) y los aristotélicos (a favor de la unicidad).

Nicolás de Cusa había sostenido la idea de otros mundos habitados, especulando sobre la naturaleza de los alienígenas. Giordano Bruno adoptó el heliocentrismo de Nicolás Copérnico transformandolo en una visión del universo infinito y eterno con estrellas, como el sol, con mundos circundantes y habitados. Bruno criticó Copérnico porque el se había detenido en las matemáticas, no afrontando el problema filosófico de la nueva visión del mundo. Así que para Bruno, la tierra es un planeta similar a otros que pueden ser llamados "otras tierras". Menos conocido es el caso del astrónomo jesuita Angelo Secchi, uno de los fundadores de la moderna astrofísica, director del Osservatorio del Collegio Romano. Secchi en el siglo XIX se ocupó de la existencia de otros mundos habitados, de lo cual estaba convencido.

Nuestra galaxia contiene más de cien mil millones de estrellas. Considernado el número de planetas extrasolares descubiertos, parece que la gran mayoría de las estrellas de nuestra galaxia está, al menos potencialmente, en capacidad de tener planetas en los cuales la vida se habría podido desarrollar. Aunque no sabemos con certeza si el fenómeno "tierra" es raro o común.

Como señala Sara Seager [Sara Seager], experta mundial en el campo de los planetas extrasolares: «Cuando y si encontramos que las otras tierras son comunes y vemos que algunos de ellos tienen signos de vida, habremos finalmente completado la revolución copernicana, un desplazamiento final y conceptual de la tierra, y de la humanidad, lejos del centro del universo. La detección y la caracterización de mundos habitables son la promesa y la esperanza de la búsqueda de planetas extrasolares».

Hace unas semanas fui invitado por el Nasa Ames Research Center para tener una conferencia sobre el futuro del universo. Durante la visita, tuve el privilegio de conocer al equipo de la misión Kepler. Me sentí muy honrado por William Borucki, investigador principal del telescopio espacial Kepler, que muy gentilmente me hizo una presentación de la misión. He podido aprender de primera mano no sólo la importancia de los resultados científicos, sino también de todo el esfuerzo que una empresa del genero comporta. Con este descubrimiento, y con aquellas imágenes que han arribado del lejano Plutón en los últimos días, hemos tenido la ocasión de constatar que la ciencia se lleva adelante por un equipo y no por individuos.

También hemos podido observar que para arribar a resultados científicos importantes necesitamos de paciencia y tiempo. Tomó casi diez años para arribar a Plutón y veinte años desde el descubrimiento del primer planeta extrasolar para detectar la existencia de otra tierra. La colaboración y la paciencia son algunas de las virtudes que podemos aprender de los científicos y que pueden inspirar a las jovenes generaciones.

La investigación astrobiológica  - con las preguntas y la fascinación que suscitan en los científicos y en la opinión pública - abre un camino de frontera, a las periferias, existenciales y físicas, más lejanas y más profundas. Mientras todo lo que podemos hacer es esperar con paciencia la sorpresa de Dios: «Vió cuanto había hecho, y he aquí, que era muy bueno» (Génesis 1, 31), sabiendo que Él es la primera y la última palabra, la definitiva.

por José Gabriel Funes

Nota Traducción castellana de Andrés Salvador (Sujeta a revisión). Las notas entre corchetes son del traductor.

Fuente José Gabriel Funes, Solo noi nell'universo?, osservatoreromano.va, 25 luglio 2015  - Trad. cast. de Andrés Salvador